GREYSTONE CANYON lanzó «Iron & Oak», su segundo álbum, el 8 de marzo a través de Rockshots Records. Fusiona rock clásico con contemporáneo. Recomendado para fanáticos de distintas bandas.
Jon Asher
La banda australiana de rock GREYSTONE CANYON lanzó su esperado segundo álbum, Iron & Oak, el pasado 8 de marzo a través del sello discográfico Rockshots Records. Este nuevo trabajo llega como sucesor de su exitoso debut de 2018, While the Wheels Still Turn, prometiendo una experiencia musical aún más cautivadora.

Formada entre 2015 y 2016, GREYSTONE CANYON ha mantenido una trayectoria ascendente, caracterizándose por su mezcla única de rock honesto y emotivo. La banda, integrada por Darren Cherry (voz y guitarras), Richard Vella (guitarras), Dave Poulter (bajo) y Sham Hughes (batería), se ha destacado por su capacidad para fusionar influencias clásicas con un sonido contemporáneo.
Iron & Oak refleja la evolución de la banda, incorporando una variedad de instrumentos como guitarras de 12 cuerdas, órgano Hammond, cuerdas y piano. Las letras del álbum abordan temas diversos, desde experiencias personales y hechos históricos hasta un amor compartido por el Lejano Oeste, explorando la reflexión sobre la juventud, la adversidad y las decisiones de vida.
El sencillo «Raging Waters» se destaca como adelanto del nuevo disco. Según la banda, «es una especie de mezcla entre Lynyrd Skynyrd y Aerosmith… empezando con guitarra slide y de 12 cuerdas, tiene un verdadero sentimiento de rock clásico. La canción trata sobre sentarse tarde en la noche y tener conversaciones con aquellos que han pasado al más allá». Este tema muestra una faceta diferente de GREYSTONE CANYON, incorporando voces de respaldo, piano, violín y viola.
Este nuevo álbum es un hito importante para la banda, buscando conectar con los oyentes a un nivel más profundo y ofrecer una experiencia atemporal que perdure. Iron & Oak es recomendado para fanáticos de Ozzy Osbourne, Led Zeppelin y Megadeth, disponible en todas las plataformas de streaming y en formato físico.
La producción del álbum estuvo a cargo del productor nominado al Grammy, Glen Robinson (Queensryche / Voivod), asegurando una mezcla magistral que resalta el poder del disco mientras mantiene su autenticidad y dinamismo. Con Iron & Oak, GREYSTONE CANYON invita a los oyentes a un viaje musical que abarca toda la gama de sus influencias y pasiones.



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